Dentro de sus actividades en favor de la recuperación cultural, la C.R.C. lleva desde el año 2005 celebrando una Semana Etnográfica de la Pez, dedicada al extinguido oficio de elaboración de este material, que durante siglos ha sido tan importante para la cultura pinariega.
La pez se obtiene mediante la cocción de teas provenientes de tocones. Extraer raíces de las entrañas de la tierra puede parecer una locura, pero en la época de la Real Armada no había otra forma de obtener el alquitrán que impermeabilizaba los barcos. La pez de pino albar era de primerísima calidad, tanto es así, que el rey Carlos IV fundó en 1778 la Real Fábrica de Betunes en la Villa de Quintanar de la Sierra.
Para la realización de las hornadas de pez se precisa de un laborioso trabajo, de varios días de duración, que realizan voluntariamente los miembros de la asociación.
En primer lugar, se requiere la previa extracción de tocones y raíces, seguido por una meticulosa tarea de limpieza y selección de teas. Completada esta fase, se inicia el proceso con el apilado de teas, previamente embarrado y calentado, para la destilación de la resina, con la que se obtiene el alquitrán. El último paso es la quema de este alquitrán que dará lugar a la pez, que una vez cristalizada, se divide en tercios.